Comentario
Inglaterra emergió como gran potencia colonial americana en el siglo XVIII. Tras apoderarse de las colonias holandesas en Norteamérica durante la centuria anterior, inició una lucha constante para anexionarse la Nueva Francia, cosa que logró en la guerra de los Siete Años, convirtiéndose desde entonces en la metrópoli colonial más importante del hemisferio norte. La imprevista independencia de las colonias norteamericanas la privó, sin embargo, de gozar de los privilegios de tal situación. En realidad atravesó un gran bache entre 1763 y 1783, del que volvió a resurgir con nuevos bríos durante los conflictos napoleónicos.
Durante el siglo XVIII, los dominios ingleses en América comprendieron las Trece Colonias (hasta 1777), Canadá (desde 1763), Honduras y Mosquitia, y las islas azucareras del Caribe.